jueves, 12 de marzo de 2015

Siempre Alice (Still Alice, Glatzer & Westmoreland, 2014)




Sinopsis- Siempre Alice relata la historia de cómo un Alzheimer precoz impacta radicalmente en la vida de la aclamada doctora en Lingüística, Alice Howland, y cómo afronta un deterioro cognitivo que avanza sin frenos.

El film que presenta la pareja Glatzer & Westmoreland es una reflexión sobre el Alzheimer y cómo irrumpe en la vida cotidiana para desgarrar recuerdos y vidas ajenas, alejando el presente y desconcertando el pasado, avanzando inevitablemente hacia un final sin final, un deterioro constante y tan paulatino como decida la caprichosa naturaleza humana.

Siempre Alice está tratada desde la sensibilidad sobre la pérdida de memoria, un drama familiar que se intensifica con la destrucción de la memoria, que conlleva la destrucción de las relaciones humanas.

La presentación del personaje

Desde la presentación del personaje, Alice se nos muestra como una mujer inteligente, amada y exitosa, a la que acompañamos en el drama personal y familiar, inevitablemente desde la empatía y la impotencia, desde las pequeñas trampas que ofrece la tecnología para suplir la eminente pérdida de memoria.

El film propone un juego con los puntos de vista que permite al espectador sentir lo que siente Alice (ese primer silencio en el que se olvida su primera palabra en la conferencia, la desorientación, primero corriendo en el campus donde ha trabajado durante los últimos 30 años y después en la casa de su infancia) y a la vez sentir la tristeza de acompañarla como mero espectador de su proceso de deterioro. Vulnerabilidad y entereza, una mujer luchadora e independiente que, de repente, se vuelve frágil. Ese es el retrato de una Alice encarnada por Juliane Moore, ganadora del Oscar a Mejor Interpretación femenina. Sin duda es Juliane Moore la que da vida a la complejidad del personaje y lo acompaña en la lucha por mantener vivos los recuerdos en la cotidianeidad que parece difuminarse ante sus ojos.  

La narración que acompaña hasta el final
El paso del tiempo suspendido ante la lucha. El espectador afronta ante la pantalla la certeza de que, Alice, sólo va a ir a peor. Superado el primer tercio del film, la agonía de Alice es compartida desde la butaca, cómplices de la innegable realidad del Alzheimer. Siempre Alice es narrada de manera lineal, avanza en el tiempo y la enfermedad evoluciona con ella.

El drama se intensifica innecesariamente en el guión (es una enfermedad genética, que heredará su hija mayor embarazada de gemelos, el marido de Alice es investigador, casualmente de neurología y es incapaz de "curar" a su mujer...), añadiendo más crudeza y quizás restándole fuerza a la situación, de por si, dramática e interpretada con excelencia por Juliane Moore.

La lucha es hasta el final, incluso contra cuando "sientes que vas a desaparecer"

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